Ferrari F12 Berlinetta

Hablar de Ferrari es hablar de una leyenda. Una marca nacida en Maranello, Italia, que no construye autos: construye emociones. Fundada por Enzo Ferrari en 1947, la firma del cavallino rampante ha sido sinónimo de deportividad, lujo y herencia automotriz por excelencia. Y entre todos sus íconos modernos, hay uno que se roba miradas como ningún otro: el Ferrari F12 Berlinetta.

Lanzado en 2012 como sucesor del 599 GTB Fiorano, el F12 Berlinetta es el Gran Turismo definitivo de motor delantero V12 atmosférico. Representa el equilibrio perfecto entre la elegancia de una coupé de altas prestaciones y la brutalidad de un auténtico bólido. En un mercado donde los superautos parecen competir por quién electrifica más o quién se acerca más a lo autónomo, el F12 reivindica lo clásico: motor grande, tracción trasera y conducción pura.

Diseñado por el Centro Stile Ferrari junto a Pininfarina, el F12 Berlinetta es arte sobre ruedas. Las proporciones son simplemente perfectas: capó largo, trasera compacta, pasos de rueda musculosos y líneas fluidas que no solo enamoran, también cumplen una función aerodinámica precisa. El “Aero Bridge”, una canalización de aire en los laterales del capó, genera carga aerodinámica sin necesidad de alerones aparatosos. El resultado: 740 caballos que se pegan al asfalto sin despeinarse.

Cada centímetro tiene una razón de ser, y en persona, la presencia es tan intimidante como magnética. En Uruguay, sin exagerar, es la Ferrari más impactante que se puede ver. Donde sea que aparezca, se convierte automáticamente en un espectáculo. La gente se da vuelta, filma, saca fotos, se pregunta “¿quién lo maneja?”. No pasa desapercibido. Jamás.

El habitáculo mezcla fibra de carbono, cuero de altísima calidad y una ergonomía pensada para la experiencia de manejo. Nada sobra, nada falta. El volante incluye el tradicional “manettino” para elegir entre cinco modos de conducción, las levas son grandes y fijas como en los autos de F1, y la postura de manejo es baja, envolvente, centrada en el conductor. No hay pantalla central gigante: todo está donde tiene que estar, al estilo Ferrari. Minimalismo enfocado.

El alma del F12 es su motor: un V12 atmosférico de 6.3 litros montado en posición delantera-central. Entrega 740 CV a 8.250 rpm y 690 Nm a 6.000 rpm. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,1 segundos y alcanza los 340 km/h. El consumo ronda los 5,5 km/l en ciclo mixto, aunque quien compra un Ferrari no está pensando en eficiencia.

La caja es una automática de doble embrague F1 de 7 marchas, con cambios que ocurren en milisegundos y rebajes acompañados de explosiones gloriosas en los escapes. El sonido es simplemente celestial: un aullido agudo y metálico al subir de vueltas, y rugidos estruendosos al bajar. Es un instrumento sin filtros ni turbos que traduce cada pisada del acelerador en una sinfonía mecánica.

Conducir el F12 Berlinetta es una experiencia sensorial total. La dirección es precisa y directa, cada movimiento se traduce en una respuesta inmediata. El chasis es rígido y comunica todo lo que pasa entre el asfalto y el cuerpo. En modo “Race”, la suspensión se endurece y el control de tracción permite un leve deslizamiento, ideal para los más osados. En rebajes, el motor canta con un dramatismo cinematográfico, y en aceleraciones, la violencia con la que empuja te pega al asiento sin pedir permiso.

Pero lo más admirable es su dualidad: puede ser un auto para ir a una cena elegante en Montevideo y, al mismo tiempo, convertirse en un misil tierra-tierra en una ruta vacía de Maldonado. Esa versatilidad es lo que lo vuelve especial. En Uruguay, simplemente no hay otro igual.

A pesar de su enfoque deportivo, el F12 ofrece elementos de confort como climatizador bizona, sistema de navegación, audio premium JBL y sensores de estacionamiento. En seguridad, incluye frenos carbocerámicos con ABS, control de estabilidad (ESC), control de tracción F1-Trac, airbags frontales, laterales y de cortina, y diferencial electrónico E-Diff 3 que adapta la entrega de potencia en curvas.

Comparativa con sus rivales

Lamborghini Aventador: comparte la filosofía V12 atmosférico, pero con tracción total y un diseño más extremo. El Aventador es más show, el F12 es más refinamiento dinámico.
Aston Martin DBS Superleggera: también GT con motor delantero, pero el V12 está turboalimentado y ofrece un enfoque más de lujo que deportivo puro.
McLaren 720S: V8 biturbo y chasis monocasco de carbono. Más ligero y rápido en pista, pero carece del carisma mecánico del Ferrari y su presencia emocional.

Conclusión

El Ferrari F12 Berlinetta no es solo un auto: es una declaración de principios. Un canto de cisne al V12 atmosférico en su máxima expresión. Elegante, brutal, refinado y explosivo, es el mejor Ferrari que se puede ver en Uruguay y, probablemente, el mejor auto que ha pisado nuestras calles. No importa cuántos SUV de lujo circulen a su alrededor, el F12 siempre se lleva todas las miradas. Porque es el auto que todo amante de los fierros sueña con manejar al menos una vez en la vida.

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